El cambio de hora del próximo domingo explicado por los expertos de Nat Geo: la verdad sobre si dormiremos más o menos
Este domingo 30 de marzo de 2025, a las 2:00 de la madrugada, España adoptará el horario de verano, adelantando los relojes una hora. Esta medida, destinada a optimizar el aprovechamiento de la luz solar vespertina, tiene un impacto directo en nuestra fisiología: el cambio horario desincroniza temporalmente nuestro ritmo circadiano, el sistema biológico interno que regula los ciclos de sueño-vigilia y otras funciones corporales, y que está fuertemente influenciado por la exposición a la luz natural.

Como explica un artículo de la revista National Geographic, aunque la cantidad de luz solar no varía, la hora en que la recibimos sí lo hace, generando un desajuste comparable al jet lag. Los síntomas comunes incluyen fatiga, somnolencia diurna, dificultad para la concentración y alteraciones del estado de ánimo. Este fenómeno se explica, en parte, por la alteración en la producción de melatonina, una hormona crucial para el sueño que se libera con la disminución de la luz. El adelanto de los relojes puede interferir con este proceso natural, afectando la calidad del descanso nocturno.
Impacto en la salud
Son muchos los estudios que han analizado los efectos de este cambio horario, y como explican los estudios publicados por la Fundación Nacional del Sueño, lo que destaca es cómo el cuerpo puede tardar varios días en adaptarse por completo al nuevo horario; un impacto que sufren más las personas con rutinas marcadas, niños, ancianos o quienes ya presentan problemas de sueño. La alteración de solo una hora puede tener un efecto desproporcionado en su rendimiento diario y en su salud mental y física.

Las recomendaciones de los expertos sugieren la mejor estrategia, que es anticiparse, empezando a modificar progresivamente el horario de sueño, acostándose y despertándose 15 o 20 minutos antes en los días previos al cambio. La pérdida de una hora de sueño puede desencadenar una serie de desequilibrios que afectan el humor, el rendimiento cognitivo y el sistema inmunológico. Por ello, es importante prestar atención a este cambio y adoptar hábitos que faciliten la resincronización del reloj biológico. Exponerse a la luz natural por la mañana y evitar la exposición a pantallas en las horas previas al descanso son estrategias clave para ayudar al cuerpo a ajustarse al nuevo horario oficial.
Si bien el horario de verano nos permite disfrutar de más horas de luz solar, el pacto tácito de dormir menos para vivir más a la luz del sol no debe hacernos olvidar la importancia del descanso. Esa hora “robada” es fundamental para nuestro bienestar físico y mental, y nuestro cuerpo la echará de menos durante la fase de adaptación. Priorizar un sueño de calidad, incluso después del cambio de hora, es esencial para mantener el equilibrio y la salud.